Proceso de Templado

El vidrio templado, también conocido como vidrio reforzado o vidrio de seguridad, es más resistente a la rotura que el vidrio normal. El proceso de templado consiste en llevar el vidrio a temperaturas de entre 600°C y 650°C con sistemas de calefacción especiales y enfriarlo de repente con aire.

Como resultado del proceso de templado, se imparte una tensión de compresión a las superficies exteriores del vidrio y una tensión de tracción indirecta al centro del vidrio. De este modo, el vidrio se vuelve resistente a la disminución y a los impactos.

El vidrio normal puede romperse en partículas afiladas tras la rotura y causar lesiones. En cambio, el vidrio templado se rompe en trozos pequeños y romos. Por lo tanto, se minimiza el riesgo de lesiones. Los vidrios templados son unas 5 veces más duraderos que los vidrios normales de igual grosor. La resistencia al calor también es superior a la del vidrio normal.